VUELVEN LOS ÁRBOLES AMARILLOS...

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Penumbra en silencio...

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COLORES MAGICOS EN MIS ARBOLES

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COMIENZA UN NUEVO DIA...

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...EN MI DESIERTO...(Erg Chebby)

lunes, 1 de febrero de 2010

Capítulo II, "Ahora.. acaríciate... quiero sólo mirar cómo lo haces"





Ella, sorprendida...abrió la jugosa boca para besarle y recibió un ligero empujón contra el asiento y una franca invitación a que le complaciese... Reia...sonreia..el.. con ella.

La mujer estaba sentada en el coche, y cerrando los ojos no podía evitar imaginarle, pensarle dentro de ella, su sexo moviéndose en las embestidas que las caderas propias le marcaban.

Las paredes vaginales se humedecían de nuevo, pensaba en esas recias manos en el cuerpo, sus labios recorriéndola, su pecho pegado a espalda mientras sus nalgas se abrían para el…

Casi sin saber cómo, se encontró excitada, tremendamente excitada, abiertas las piernas, deseosa de el y sus manos comenzaron a acariciarse el pecho,los pezones endurecidos, apretó las piernas intentando reprimir las ganas, pero, casi instintivamente lo que quedaba de ropa interior cayó empapada bajo el asiento, sus piernas reposando sobre el respaldo del asiento delantero, levantó las nalgas haciendo franco el camino a sus dedos, primero uno, otro, .... el tercero la abrió de tal forma que no pudo evitar un gemido largo, prolongado, era su pene el que penetraba salvajemente en su pensamiento, mientras la respiración comenzaba a ser más y más violenta... Y él, sentado en el asiento a su lado, miraba extasiado, observaba a su ágil oponente, memorizaba los movimientos de los dedos, de la pelvis y sufría, el dolor amargo que le producia la presión de los vaqueros en su abultado sexo.

Lo notó llegar, los ojos cerrados, los labios rotos y algo sangrantes por sus propios mordiscos, sintio su propio flujo resbalar entre las piernas, empapar el asiento, ahogar un grito en la garganta, un grito que ya no podía esconder por estar a su lado, porque la tomara, por beber de su sexo, por amanecer, fundida en el…

"Vistete como puedas, Ve a esta dirección. Allí te espero"

La besó con cuidado y ella respondió con el asombro propio de no creer lo que estaba sucediendo, pero el beso fue tan sublime, tierno y avanzado que la impresionante e impresionada morena se dejó llevar.
Recogió sus cosas como pudo y se dirigió a su coche con un papel pequeño en la mano. El coche de él se puso en marcha... la miró con esperanza y una dosis de lujuria y se marchó.

Cuando la bonita mujer subio a su coche penso en largarse, jamás había imaginado una situación igual, pero algo le decía que debía ir a ese lugar. Asi que, arrancó el coche y condujo a su, tal vez, mágica muerte eterna.

Cuando llegó, toco el timbre y la puerta se abrió... había algo magico en el ambiente, tal vez el olor.. Le costo abrir, sus dedos temblaban, su corazon latía ávido y expectante y su cuerpo se resistía a obedecer. Entró en la casa...
Al entrar a la habitación iluminada, un envolvente olor que aun no ha acertado a definir, la recibía, y encima de una enorme cama habia una nota:

"Sabia que vendrías, te quiero solo vestida con el antifaz negro que encontrarás sobre la comoda"

Le temblaban las manos mientras se desnudaba, sentía frío, mucho frío. Se colocó obediente el antifaz sobre los ojos y se tumbó esperando.
No habia pasado demasiado tiempo cuando oyó el rechinar de una puerta, y sintió un suave olor a naranja y nuez moscada familiar, ese olor ocre y recio, su olor...
Algo, eran los brazos de él, le dieron la vuelta sin decir nada.
"Aqui estoy... dejate querer"
Y sus dedos comenzaban a recorrer la espalda firme y morena de ella, masajeando los pequeños relieves de la columna... su aliento... su saliva. Su tacto añadía una nueva dimensión a la excitación que la embriagaba. Tanto poder en sus manos, en las manos de ese hombre que la llevaba a vacilar al borde del abismo.

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