VUELVEN LOS ÁRBOLES AMARILLOS...

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Penumbra en silencio...

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COLORES MAGICOS EN MIS ARBOLES

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COMIENZA UN NUEVO DIA...

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...EN MI DESIERTO...(Erg Chebby)

jueves, 4 de febrero de 2010

Capítulo VI: "¡¡Vuelve¡¡"






!Dios mio¡
Se escarchó su piel, se erizó su aliento, y sus ojos se resistían a parpadear sintiendo el escozor propio de la ausencia de humedad. Ni siquiera pudo moverse. Estaba petrificada. Tras unos minutos mirándose mutuamente, ella y el maldito antifaz, lo cogió con rabia y lo introdujo de nuevo en su bolso y corrió hacia su trabajo.


Cuando llegó, ocupó su puesto. La mañana transcurría ajetreada, como era habitual, una socia del club con una queja sobre el vaso de compensación pequeño, otro socio con la piscina terapéutica, citas varias para el Beauty Center, otras tantas para peluquería, y mientras atendía socios y clientes, asomaba el puñetero antifaz por un ala de su bolso negro, como queriendo conversar...llamándola...
En su momento de descanso salió a desayunar sola. Quería observar detenidamente el artilugio y no deseaba compañía. "Un café descafeinado con sacarina, por favor" en un sucio y lúgubre bar que la devolvió al lugar en el que la besó... aquel beso... cerró los ojos dos segundos y lo paladeó. Fue infinito. Y dibujaron sus labios una sonrisa…
Abrió el bolso y cogió el antifaz. Lo miró, lo acarició, coqueteó con él y hasta lo arrullaba con el propósito de devolverle algo de él... y descubrió una parte áspera y brusca en el interior que no recordaba... lo giró: 657XXXXXX, un número de teléfono escrito con un bolígrafo de color plateado... vaya...
"Esto no me puede estar sucediendo a mi"... Tomó su móvil con fiereza como si de una pieza de caza se tratase entre sus frías manos, nerviosa y aturdida y marcó aquel numero. Si era él, ojala fuese él...deseaba que ese teléfono dijese"!hola preciosa Sultana!"
Primera llamada... pasaron muchas horas, al menos, eso creyó ella.
Segundo toque...nadie respondía.
Tercer sonido, por favor, coge el teléfono...deseo estar contigo... Colgó.
Se acercó el camarero a traer su café, y con una sonrisa rancia y añeja le pregunto si quería algo más. Ella giró la cabeza sin mirarle, sabía que aquel personaje pasado de moda, con olor a aceite usado y con falta de algún diente quería conversación. Y ella solo pensaba en él...
Volvió a marcar ese numero... le temblaban las manos, se dijo a si misma que era por el frio, sabiendo o quizás pretendiendo que cada número que marcaba la acercaba más hacia él.
Cuando sonó el cuarto ring... respondió un contestador automático. "Hola Mi Preciosa Sultana. Llámame antes del domingo por la tarde, al número 675XXXXXX, tenemos algo pendiente, es tu turno ahora, no me falles"
Excitada, nerviosa y bloqueada, y aunque el domingo por la tarde ya pasó, marcó ese número con iluminada codicia que acertó a apuntar en una servilleta amarillenta del bar.


Cuarto sonido… de nuevo un contestador:
"No sé si alguna vez oirás este mensaje pero ayer te añoré, en realidad, te echaré de menos todas las horas. Entiendo que no quieres verme, no te preocupes, no te molestaré más, pero abre la dirección www.tanuris.blogspot.com . Tal vez pienses entonces que fue verdad. Quise ser agua para acariciar todos tus huecos, tus esquinas y hasta tus rincones vedados… te pensaré Mi Preciosa Sultana, siempre.”
Pagó su café y fue al trabajo de inmediato. Como excusa utilizó el periodo, a la bruja de calidad que la miraba siempre de arriba abajo, y corriendo fue a casa a sentarse frente a su ordenador.
Abrió la página que él mencionaba y ... Todo estaba allí!
Todo lo que ella creía haber imaginado o delirado estaba en ese blog!
¿Que era aquello? ¿Que había sucedido?
Ella comenzó a leer con avidez, devorando las letras de su amante, recorriendo, acariciando con sus pestañas cada palito, cada tilde y cada espacio como si fueran su propia piel... la de él. Y sonaba una gris y amargada bachata en su ordenador, que tristemente trataba de afinar: “Me muero por volverte a ver, me muero por hacerte mío, me muero sentir tus labios, me muero por ti”…
Se había quedado vacía. Totalmente hueca. Sin vida. El frío recorría de nuevo su cuerpo. Se adueñaba de ella como tantas veces, pero en esta ocasión lastimaba muchísimo más. El frío del vacío del alma es infame… y dos tristes lágrimas se escapaban de sus ojos…
“Vuelve” se dijo en un tono de voz tal vez equivocado. “Vuelve y te cantaré el ultimo bolero…”

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