VUELVEN LOS ÁRBOLES AMARILLOS...

VUELVEN LOS ÁRBOLES AMARILLOS...

Penumbra en silencio...

Penumbra en silencio...

COLORES MAGICOS EN MIS ARBOLES

COLORES MAGICOS EN MIS ARBOLES

COMIENZA UN NUEVO DIA...

COMIENZA UN NUEVO DIA...
...EN MI DESIERTO...(Erg Chebby)

martes, 29 de junio de 2010

El Reino de la Luz




Sus ojos se movían inquietos en las cuencas cerradas.
Su sueño, ahora tranquilo, acababa de regalarle un trazo de sus luchas; como el rayo, las últimas horas, días, habían pasado frente a su entendimiento....aunque aún no lo entendía....
Heridas sus manos, sin conciencia de ellas, se posarón en la espalda de su Reina. La cálida placidez de su sueño, abrazó, como lo hizo su cuerpo, las doradas curvas de la hembra. En su interior aún resonaban chasquidos del acero al cruzar su espada con los enemigos, ya vencidos.
En su sueño extraño, el ocre sabor metálico de la lucha a muerte, se tornaba líquido embriagador de la entrepierna de su amada que, incapaz de estar confinado por humano, chorreaba de su entreabierta boca, como fuente de monte entre romeros.
La luz ambarina, que quería herir sus ojos, acariciaba el nudo de cuerpos en los que se habían quedado dormidos.
Lejana, un tañido suave, de sencilla campana, por primera vez en muchos años, no de muerte...cruzó los bosques, filtrándose entre ramajes espesos, entre troncos vigilantes, sobre súbditos relajados, expectantes. Todos el orbe, vencido el mal, en calmado silencio, con relajada firmeza en sus vidas nuevas, permanecía acurrucado, como sus señores...como queriendo conservar unos momentos más el descanso de sus reyes tras el placer contenido y finalmente desbordado...
Todo, absolutamente todo, todos...esperaban en silencio, sonriendo.
Las piedras del castillo, encaramadas sobre la orgullosa montaña, trabajadas por hombres envejecidos en años de tormento, parecían cambiar de color por momentos...
La claridad del ocaso, vencido el mediodía hacía horas, se filtraba por las entreabiertas hojas de ventanas y puertas de la estancia, que nadie, ni siquiera ellos, habían querido cerrar...ofreciendo así a los invisibles moradores, prueba irrefutable de su pasión, de su amor...
Esa claridad, curiosa, en busca de los reflejos que la piel olivácea de la reina siempre le devolvía, sorprendida, estallaba en luz mágica y desbordante de puertas adentro...
La luz se hacía infinita; al fin, Reina Negra y Rey Blanco, unidos, calmaban al Universo.
Lejanas tierras sintieron la nueva y, como por arte de magia, esa misma magia que iluminaba Tanuris, animó a caminar a cientos de pelegrinos hacia la luz, donde quiera que estuvieran. Todos, con una sonrisa hipnótica en sus rostros, se dirijen desde entonces a la Luz, la que les hace sentir fuertes y necesarios, sea donde sea que ésta se encuentre....sea cual sea la forma que ésta adopte...sean cuales sean sus creencias, sus religiones, sus orígenes, sus destinos...

Y, pasadas mil generaciones, un pastor, tranquilo heredero de la Luz, de pié apoyado en su cayado de avellano, como adornando el paisaje que por arte de magia dejaba ver dos torres doradas al fondo, campanario de vida, obradoiro de piedra...observa cómo, una mujer, delgada, de negra melena larga y brillante, de trazo recto y sobrio, de exquisita presencia, hiriente belleza, sentada sobre una antigua piedra de brocal, quizá labrada por algún soldado licenciado de Roma en su lejano retiro, admira a un hombre que, como perteneciente al paisaje, con serena presencia, mira a la muchacha desde la orilla del rio, mientras moja sus cansados pies en la cristalina agua...y, sonriendo le dice, "baja mi Reina, ven junto a mi...Descansa los pies, que Santiago nos espera".

2 comentarios:

  1. A ver. Me llevais loca de un blog a otro. Señores reyes, reinas y dueños de toas las cosas, ¿Puedo saber que ha pasao con Dali?
    Que le preguntao a la Negri y como sta atontá no me contesta.
    Un beso y a ver cuando te haces un cofi, je,je.

    ResponderEliminar