VUELVEN LOS ÁRBOLES AMARILLOS...

VUELVEN LOS ÁRBOLES AMARILLOS...

Penumbra en silencio...

Penumbra en silencio...

COLORES MAGICOS EN MIS ARBOLES

COLORES MAGICOS EN MIS ARBOLES

COMIENZA UN NUEVO DIA...

COMIENZA UN NUEVO DIA...
...EN MI DESIERTO...(Erg Chebby)

miércoles, 12 de mayo de 2010

Capítulo. XVI: "A Zamora..."







Tan solo tenía una semana para prepararlo todo y conducir hasta allí. Pero esta vez no se le escaparía. La necesidad de conocer quién era él en verdad, se había convertido en imperiosa. Se preguntaba qué habría pasado con Fernando. Dali fue lo suficientemente piadosa con él cuando la policía con cara de boxeadora le instó a denunciar el mal trato. Tan solo deseaba olvidar aquel episodio, pero le rondaba la idea de que algo nada bueno estaba a punto de suceder…
Cuando llego a la ciudad, dispuso la dirección en el GPS, que la llevo directamente hasta el Antiguo Palacio de la Inquisición, convertido en la actualidad en un bonito hotel…
Aparcó su coche en una estrecha callejuela aledaña y sin pausa, se dirigió decidida al lugar. En recepción una muchacha con aspecto desvencijado y mostrando sus grisáceos dientes coloreados por algún tipo de medicación enfermedad de niñez, la saludó con cierta gracia:
Buenas tardes Señorita. ¿Qué desea?
Dali respondió: “hola, buenas tardes, me llamo Dalila X X, y me preguntaba si…”.
La muchacha no la dejó ni siquiera acabar la frase. “¡Oh, sí! Su nombre… Dalila. Tengo una carta para usted, y una reserva. Su habitación estará lista en un momentito, y si le parece, puede esperar tomando un café en la cafetería del hotel.”
Dali estaba estupefacta. La muchacha le entregó un sobre rosado con un papel tan suave que estremecía tocarlo. Y aun sorprendida, se dirigió a la Cafetería.
“Café con leche, descafeinado de maquina con sacarina, por favor” ordenó al camarero guapito con una de sus mejores sonrisas mientras escogía su asiento. Realmente, el camarero es guapo… rió para sus adentros.
El camarero le dedico una fantástica sonrisa y se dispuso a hacerle el café. Dali miraba su trasero… “mmm tiene un cuerpazo este niño” pensó. Se supo medianamente malévola y quiso flirtear con el.
“Deseas algo más” y ella contestó “Tal vez “con una carcajada medida. “Tú no eres de por aquí verdad?”
Dali y el camarero comenzaron una conversación absurda pero divertida, al menos para ella. “Tal vez, cuando termine mi turno, si te apetece, te puedo enseñar la ciudad en mi moto, me llamo Carlos Boran”
“Encantada” contestó ella, “Yo soy Dali”.
De repente, la cara del camarero se transformó y con cierto disimulo, se escabulló hacia la cocina.
Dali no pudo entender, solo sabía que al oír su nombre, el muchacho voló como alma que lleva el diablo. “Bah… él se lo pierde”
Acomodada, intentando calmar sus nervios, con su café como único acompañante, se dispuso a abrir el sobre…
“Estas aquí,
en el espacio claro,
donde desnudan sus rayos
las tormentas impunes,
endureciendo las cumbres
de los cerros blancos,
enfureciendo al naranjo
de tus deseos en flor.

Estas aquí,
entre mis brazos,
sudando el rosario
de pieles en rezo,
estrangulando mis besos
en lenguas de tu vientre,
apretando los dientes
cuando gimes mi nombre.

Estas aquí,
hundida en mi carne,
cruda y salvaje
guerrera del viento,
pariendo el momento
del bendito ultraje.

Estas aquí,
entre mis piernas,
corriéndote en venas
del erecto fuego,
abortando los velos
de la húmeda espera.”
Sam… tenía que ser él. Solo a él se le ocurrían cosas así. Pero Dali no había viajado para tener sexo con Sam.. o tal vez si. Ciertamente quería respuestas, y tras leer y releer la carta varias veces, terminó su café y resolvió airearse y salir a pasear antes de ir a su habitación.
Con la carta en el bolsillo de sus vaqueros, paseando por las estrechas calles, decidió que necesitaba una ducha, pensó en Sam, en aquella vez en el bar, en el antifaz que conservaba, en Rosarito, en todo lo que ese hombre provocaba en su ser, y mientras pensaba, a sus oídos se acercaba una melodía raramente familiar.
Tina… la gran rockera.. What´s love got to do with it… y escuchando la canción se preguntaba si realmente el amor tenía algo que ver con todo esto.
Who needs a heart when a heart can be broken?




Ay Tina... qué razón tienes… La canción provenía de un bonito pub con un nombre realmente escandaloso “El León Blanco”, amaderado, con olor a rock y a vieja escuela, con música sin estridencias. Dali se asomó. Algo le decía que debía hacerlo, su piel comenzó a erizarse sin saber por qué, y sufrió contracciones vaginales sin explicarse el motivo.
Paró justo en la puerta. Un frio terrible le recorrió las entrañas. Y un calor sofocante la inundó justo después. Las contracciones no cesaron y Dali quedó en la puerta del Pub como una estaca en medio de la nada. Unas muchachas la empujaron para poder entrar, ya que ella bloqueaba el acceso del bar. Quiso volver al hotel. Pero no pudo…
Hechizos… ¿Qué estaba pasando? Conjuros de sexo y piel. Se apartó. Una voz pausada le susurraba en el oído “Vete, márchate de aquí, o serás para siempre la perra de Sharkam”
Se giró violentamente y detrás de ella había una mujer con aspecto cansado y cara indefinida, vestida de blanco. “Vete Dalila, hazlo ahora que puedes, ese hombre es arena, y la arena no se funde, se dispersa”
Dali cerró los ojos, y cuando los abrió la mujer se había desvanecido. No entendía nada. Su sexo empezaba a estar húmedo, lo notaba en el tanga, sus contracciones vaginales aumentaban y se pensó tumbada en la enorme cama del hotel, a medio vestir tocando su ansia, aunque lo único que tenía en sus manos era un enorme agarrador de madera de la puerta del pub.
Cuando entró… de espaldas…

1 comentario:

  1. ¡Es el dueño del hotel fijo! ja,ja,ja...
    Por cierto, muy buen gusto con las ilustraciones de Serpieri, aununque la Negra está mas buena.
    Saludos

    ResponderEliminar