VUELVEN LOS ÁRBOLES AMARILLOS...

VUELVEN LOS ÁRBOLES AMARILLOS...

Penumbra en silencio...

Penumbra en silencio...

COLORES MAGICOS EN MIS ARBOLES

COLORES MAGICOS EN MIS ARBOLES

COMIENZA UN NUEVO DIA...

COMIENZA UN NUEVO DIA...
...EN MI DESIERTO...(Erg Chebby)

jueves, 13 de mayo de 2010

Capítulo. XVII: "Johnny's Blue"







La noche había sido espantosa. Casi se sintió morir. El frio consiguió atenazar más aún sus articulaciones de lo que jamás creía que pudiera soportar...

Había permanecido en una postura antinatual, apoyado de costado, trabadas sus piernas con los tablones de la caja, aquella caja maldita.

El frio que sintió le desorientó aún más de lo que estaba. Durante las largas horas de oscuridad, su mente, insegura y adormecida, intentaba ubicar su cuerpo, sus recuerdos, su absurda postura....

La claridad llegó como de improviso. Una tenue luz muy localizada frente a él, que comenzó callando el sonido de la noche. Creía haber estado escuchando pasos, roces, chasquidos,...animales. Cada vez que ese viento contínuo y helado daba una pequeña tregua, el creía escuchar algo distinto, algo...cada vez más cercano.

A su estado, sumó un miedo atroz a lo que se movia a su alrededor.



La claridad, le hizo entrever un horizonte muy lejano; contornos suaves, planos, oscuros....El sol iba a salir justo enfrente de sus ojos.

Empezaba a ser consciente de que estaba en el campo. "Estoy en los Monegros", pensó...

Como hijo de emigrantes aragoneses, conocía muy bien aquellos paisajes. Se crió en un caserío perdido, a medio camino entre Pina del Ebro y Gelsa, pero lejos del rio. Conocía muy bien la sensación de aridez que le rodeaba, porque de niño, pateó polvo, piedras y caminos corriendo en todas direcciones....soñando que al fin podría escapar de allí.

Y de nuevo se creyó en su hogar, aunque algo no le cuadraba....

Retazos de lo que había sucedido, cruzaban su mente. Comenzaba a recordar. Imágenes inconexas, ruidos, sabor dulce....Oscuridad.

Pasaron los minutos, pocos...y su mente de pronto se colapsó....nada. Estaba rodeado de la nada, en todas direcciones, como pudo ver al medio girar su dolorido cuello.

Se recompuso y, haciendo un esfuerzo sobrehumano, giró su cuerpo, quedó de espaldas, clavándose las tablas en su columna y, con machacona insistencia, aunque escasa fuerza, comenzó a golpear con los pies una de las esquinas de la caja, que parecía estar suelta.

Fué más fácil de lo que esperaba. Ese lateral cedió casi de improviso y sus piernas cayeron rectas por primera vez en horas, sobre ellas y el polvo del suelo. De repente comenzó a sentir partes aisladas de su cuerpo. La sangre parecía querer volver a circular con prisas. Empezó a sentir esas incómodas "cosquillas" de cuando un miembro se nos "despierta", pero con una violencia inusitada. Era dolor y, estirándose cuanto pudo, chilló de desesperación. Aunque sabía que pronto pasaría, unas lágrimas inundaron sus ojos, consiguiendo una suerte de barrillo fruto del polvo y tierra acumulado durante la noche; quedó temporalmente ciego y, su pobre alma no alcanzó más que a insultar a su suerte a su entorno y a cualquier cosa que le venía a la cabeza. A unos pasos, un jerbo retrasado en su retiro diurno, apoyado en su cola y con las patas delanteras levantadas, miraba el "extraño suceso" frente a él, conocedor de que nada le haría. Al menos así había sido toda la noche. Como con desdén, giró su cuerpo y a toda velocidad desapareció en.....algún lugar del suelo.

Mientras, el infortunado taxista, que poco a poco volvía a tener el control de su cuerpo, al contrario que su mente que ya hacía rato que la había recuperado...empezó a ser consciente cada vez más de lo inexplicable de la situación...Mientras, su cuerpo, por un instante desconectado de su voluntad, se había orinado......



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Lo que ella no sabía era que "El León Blanco", era uno de los locales de franquicia internacional de la cadena de El Rey Blanco. Una serie de cafeterías, bares o pubs, incluso hoteles y restaurantes que, según la zona, se destinaban a desayunos de trabajadores, para tapas de media jornada e incluso como este, a vida nocturna.

Justo al lado de su trabajo había uno, donde suelen desayunar albañiles, oficinistas y algún jefe perdido, aunque ella iba al de la placita, El Guerrero Blanco,... nunca se había fijado en el nombre y aún no era consciente....



Al girase vió un local a media luz, con decoración extrañamente conocida...madera, paredes y muros de piedra, que parecían auténticos, luces muy localizadas, que permitían la intimidad de una mesita a otra, incluso en la barra. No era muy grande, lo suficiente como para permitir tener zona de fumadores separada, con un letrero extemporáneo que así lo indicaba, según no sé qué real decreto...Al fondo, un pequeño escenario con un grupo de músicos, impecablemnte vestidos de blanco, acababa de terminar un tema.....La cantante, inmensa, enorme, negra...le recordó inmediatamente a Big Mamma Thorton...Miraba al público expectante pero marcando una extraña autoridad. Hizo una seña y, recogiendo su whisky del suelo, se retiró al fondo. La gente los miraba como hipnotizados, pero no aplaudieron. Esperaban más.

Caminó en un estado de excitación extraño y demasiado "casual" hacia la barra, en el rincón, donde podía ver el escenario en diagonal, como a unos 10 metros. Justo en la esquina, un camarero, apoyados sus codos sobre la barra, observaba embelesado la actuación, aunque, al llegar ella y sentarse a su lado, la miró y casi juraría que hasta se sobresaltó. De momento, se envaró..."¿Que va a ser?". Preguntó. "Ron cubano con limón y Coca Cola Zero, sin hielo, por favor", contestó. Y sin darle más importancia, giró su cuerpo al escuchar unos solitarios acordes que preludiaban un nuevo tema, apoyando su brazo sobre la barra y dejando enganchado su bolso en un ganchito medio roto, a la altura de su muslo derecho. Cruzó las piernas como sólo ella era capáz de hacer, casi retorciéndolas, y sintió una punzada de placer entre ellas que aún era incapaz de comprender.....

"Ese extraño café con sabor a vainilla y...del hotel me está afectando...", pensó.

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De pronto, los acordes callaron. (play la música, por favor...volumen alto y leed despacio...)

Un contrabajo comenzó a rasgar unas notas machaconas, hipnóticas.....

El batería, con frenética vitalidad, inició un ritmo insoportable.....

Sin solución de continuidad, todo el grupo se unió, con un volumen suficientemente alto como para que casi se dejara de respirar.

Dali se sintió sobresaltada. El desconcierto que la envolvió la había cogido por sorpresa. Apretó más aún las piernas, intentando evitar seguir el ritmo embriagador, electrizante, insoportable. Pero fué peor.

Nadie en el local pudo quedarse inmovil. Todos marcaban el ritmo con sus cuerpos....

El trompeta, alto, estirado, sonriente y....¡¡mirándola fijamente¡¡, se adelantó a los demás y comenzó a tocar...Si, la miraba, y la Mamma también...¿Era su imaginación?.....No, la banda entera tocaba para ella, como forzándola a sumergirse en la espesura de la música, de ese jazz racial, sencillo, machacón......frenético.....La atmósfera del local se había espesado, la cantante negra, aún en el rincón, comenzó a acompañar con palmas el embriagador compás, mientras de una lado a otro movía su cabeza, con los ojos semicerrados, mirándola y como entrando en un trance difícil de evitar.

De pronto el saxo tenor se hizo con la sala, quitándole todo el protagonismo al trompeta, que casi agotado, se limitaba a acompañar desde detrás del batería.....

Pasados unos compases, como el agónico preludio a un orgasmo, el paroxismo pareció desaparecer de todos y de ninguno a la vez...bajó el volumen y un piano, blanco y brillante, acariciado por un joven con gafas y aspecto desaliñado, decidió que hasta ahí había...aguantado. Se hizo con la sala, se abalanzó sobre la atención del público y les hizo reposar en sus asientos. Los de las mesas, se miraban y sonreían....Los del sofá de la esquina se arrellanaron dejándose convencer....En la barra, Dali no podía creer lo que le pasaba, ese calor interior empezaba a ser tan sexual que tuvo que juntar sus piernas hasta casi dormirlas, mientras con su mano izquierda se presionaba el pubis....Ni siquiera se había dado cuenta de que ya tenía la copa a su lado, sobre un posavasos redondo, con un león albino cuya mirada altiva se enmarcaba en un reborde de letras festoneadas, adornadas con espinas, que rezaba..."Bienvenida; Bolero te guiará hacia tu destino..."

Cuando comprendió lo que acababa de leer la respiración se le paró..... los ojos paralizados, la música cada vez más frenética...



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De pie, desnudo, con los brazos caidos a lo largo de su paticorto cuerpo, miraba al infinito, más allá de lo que su escaso entendimiento le dejaba procesar...No, aquello no eran los Monegros.

En el más lejano de los horizontes que jamás hubiera imaginado, una línea suave, irregular, contínua, rodeaba toda la extensión que sus ojos eran capaces de ver. Se encontraba en el centro de una planicie seca, llana, silenciosa, polvorienta, desolada....limitada por una cordillera negra que de tan lejos, parecía inalcanzable.

El sol ya empezaba a ser un problema y más para su blanca y lechosa piel. Miró otra vez a su alrededor, con pasmo, con miedo de confirmar lo que ya era un hecho....Solo, abandonado en Dios sabe dónde, no acertaba a comprender....

Cuando más bloqueado se sentía, reparó de nuevo en la caja, la maldita caja...En los tablones gastados, clavados con puntas oxidadas, se podía leer una inscripción hecha a mano: "Caballo Blanco a Rey Negro; Jaque Mate".

Fernando, cayó de rodillas y empezó a llorar; ahora lo comprendía todo.

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Dejó terminar la música. Dejó que su corazón se calmara. Esperó a que sus manos dejaran de temblar.

Agarró su copa y, sin dejar de mirar al posavasos, dió un largo y pausado trago. Sintió deslizar el fresco y dulzón líquido por su garganta mientras su imaginación estaba muy lejos, en el espacio, en el tiempo.

¡Qué coño está pasando¡, se dijo a sí misma. No acertaba a comprender nada. ¿Al entrar me han hablado de él, o lo he imaginado?. ¿Por qué me siento tan turbada?.....Apuró su copa, y con prisas dejó el local rumbo al hotel. Al salir buscó con la mirada, pero sin fé, esa dama blanca que la había abordado de manera tan fantasmal.....Nadie. La empedrada y empinada calle, medieval, sombría y mal iluminada, parecía por momento estrecharse. Sintió un agobio irresistible, un miedo animal, un ansia vital que le impedía respirar con tranquilidad. Echó a correr....Calles cada vez más oscuras, se cruzaban, se sucedían.

Desorientada llegó al hotel, casi media hora después de haber salido del León Blanco....Recogió malhumorada su llave en recepción y subió apresurada la amplia escalinata del edificio medieval....Rodeó con paso rápido pero inseguro la galería porticada que se volcaba a ese patio maravilloso. Ahora ni lo veía. Abrió la puerta de su habitación y encendió todas las luces que encontró....se sentó en la cama y al ir a tumbarse rendida, agotada, excitada....fué consciente de algo raro....En la cama, su bolso de colorines sobre un trozo de gruesa cuerda azul... En ese instante se dió cuenta de que se lo había dejado en el local......Lo agarró con miedo y, entreabierto como estaba, pudo ver un sobre amarillo en su interior......¡Dios¡



"...Estaré por fin allí,

donde la luz es débil,

bajo las escamas de piedra,

del dragón vencido en Oriente,

en las sombras...

desde el puente.....

a la sombra de la torre...



Ve¡

Busca la cabeza del ladrón,

petrificada para toda la eternidad,

para vergüenza propia,

para alejar la maldad.



A su espalda,

siente la piedra contra tu pecho,

deja la frialdad penetrar tu piel,

empújala con tus manos desnudas,

respira, respira.....



Cierra los ojos y siénteme...



Me abriré paso entre tus piernas,

romperé tu voluntad,

separaré tus labios y...

hendiré tu femeneidad,

pecando en sacrílego placer,

sacrílego lugar....



No preguntes,

no hables,

no respires...sólo,

insúltame sin gritar,

sin querer,

que las sotanas rueguen por sus almas podridas,

mientras tu y yo sudamos libertad...

placer..."

1 comentario:

  1. ¡Fantástico Tanuris! pero no me entero, ¿respuestas?

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