Sudo. El calor me entorna.
Espera... yo te quiero.
Y es una tarde de verano.
Siento como tu mirar me pulveriza como piedra.
Y cae mi rumbo ante tus pies, desatando la polvareda de la incipiente noche.
La que se aproxima…
Y cuando sucede… te demando,
quédate dentro de mí.
Hasta que tus rayos atraviesen la opacidad de mis laberintos desparramados,
Hasta lo que respires no sea aire.
Y lo que brilla en tus labios, sea un verso, o un beso, o lo que sea.
Y que vayas susurrándome de camino a mi sexo.
Y empieces a querer algo mío en tus entrañas.
Quédate en mis adentros,
Hasta enterrarme en tu nombre,
Hasta marearme en tu perfume o tu veneno,
Y que pueda tocarte para saber que amaneces entre mis ruinas.
Y no te vas… como el agua.
Y sigues siendo “mi sueño”,
para poder seguir andando…
NOTA: Gracias a la Reina Negra, quien ha decidido terminar su andadura en la Red con esta maravilla que me regala.
Mientras decides,
ResponderEliminarMi Rey Mío,
mientras espero,
dormiré un par de siglos,
hasta que despiertes de tu ausencia...