Mis manos cálidas, se encontraron con las tuyas....siempre frias......
y te calentaron.
Se hicieron delicadas, maestras en la caricia, para cuidarte....
Te desearon e hicieron que me desearas....
pero no fué suficiente.
Ahora se han secado, y mi piel creo sentirla muerta....
pues no siento.
Solas, inactivas, inútiles....
ni siquiera se juntan, culpándose entre ellas por perderte, y esperan, con los demás ancianos, que alguna vez las vuelvas a necesitar.
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