VUELVEN LOS ÁRBOLES AMARILLOS...

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Penumbra en silencio...

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COLORES MAGICOS EN MIS ARBOLES

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COMIENZA UN NUEVO DIA...

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...EN MI DESIERTO...(Erg Chebby)

sábado, 20 de noviembre de 2010

Capítulo. XVIII: "La cabeza del ladrón"





Sam… Sam… el amante insaciable de entresijos y acertijos.
Dali sonrió para ella misma, aunque no era capaz de olvidarse de la fantasmagórica Dama Blanca que la advertía de un peligro inminente.
Atrapó la cuerda azul y la anudo en una de sus muñecas, y bajo a recepción.
“Disculpe, ¿Qué monumento posee en su fachada la cabeza de un ladrón, por favor?”. La recepcionista sonreía irónicamente tal vez conocedora del futuro de Dali y con una deferencia casi cargante le indicó la Catedral de Zamora en su puerta trasera.
“La catedral es preciosa Señorita, pero ahora está cerrada. Tendrá que esperar a mañana para visitarla y le advierto que cobran por ello, aunque merece la pena. En la puerta trasera, existe una cabeza de un ladrón, que, queda como testigo mudo para explicar la desdicha de los que intentan atentar contra sus tesoros. Según la leyenda popular, un ladrón trató de llevarse las riquezas del gran templo y como castigo providencial quedó atrapado en la ventana por la que intentó huir convirtiéndose en piedra.”
“Muchas gracias” respondió Dali, y acto seguido, saltó en dirección a la Catedral.
Giró a la derecha y a paso ligerito, atravesó la calle oscura hasta una placita que, en su final, se dividía en dos pasadizos que unían olvidados conventos medievales. Hacia algo de frio, pero la mezcla de emoción y duda la descubría olvidándose de todo.
Tomó el pasadizo de la izquierda que la dejó casi en el frontal de la Catedral. Rodeó con premura el inmenso edificio… nadie en la calle… la ciudad parecía que pertenecía a ella sola. Cuando se situó frente a la puerta trasera observó la cabeza del ladrón durante un rato… Casi sin darse cuenta, un perro ladró en su dirección y la sacó del sopor de observar la figura.
“Bolero!!!!” Dios mío, era el bonito perro de Sam!!! Dali lo llamo y el animal acudió a su encuentro con alegría. Tras jugar unos minutos con él, parecía que Bolero quería guiarla a algún lugar.
“Vamos bonito… voy conociendo a tu dueño”
Bolero dispuso el trote hacia una puertecita pequeña y se sentó delante. Dali empujó la puerta que parecía vieja y atascada, cuando la apartó, una garganta la llevó al interior de la Catedral indigentemente iluminada pero alcanzaba a distinguir los detalles labrados de las sillas del coro, que dibujaban figuras de frailes y monjas en actitudes eróticas. Logró contar 87…
Se acercó para ver los grabados con mayor detenimiento cuando, por detrás, y al mismo tiempo que unas poderosas manos rodeaban su estrecha cintura, pudo escuchar:
“Has venido…tendrás todas tus respuestas, resueltas después todas tus dudas, pero ahora, eres mía en este sagrado lugar”
No consiguió articular palabra… un beso húmedo y delicioso correteaba por su cuello cuando retiró su pelo, mientras esas manos amasaban y acariciaban su cuerpo,rozando así mismo la cuerda azul, y ella se dejaba tornear.
“Todo listo Señor” pudo oir otra voz masculina a su espalda, detrás de Sam..
“Gracias, puedes retirarte”…
Y mientras oía unos pasos alejarse… Dali, se fundía entre esos brazos y esa boca que tanto ambicionaba…